Crónica del concierto de LAMBCHOP en Zaragoza – 30 de Octubre de 2016
Lambchop ha sido una de las bandas más brillantes y originales del country alternativo de los 90. Sus tres miembros originales, Kurt Wagner, el guitarrista Jim Watkins y el bajista Marc Trovillion, formaron en Nashville en 1986 el trío de indie rock Posterchild.
En 1992, ya con la presencia del guitarrista Bill Killibrew, el clarinetista Jonathan Marx, y el batería Steve Goodhue, editaron el single compartido «An Open Fresca+A Moist Towlette», y decidieron cambiar de nombre, adoptando por fin el definitivo de Lambchop.
A lo largo de dos décadas, la carrera de Lambchop ha sido muy consistente. Incluso con sus diversos cambios de formación, nunca ha habido ninguna ruptura tumultuosa ni controversia alguna.
Cualquiera de sus 12 discos de estudio podría ser un favorito. Sin embargo, aunque cada uno de sus álbumes tiene un sonido inconfundible, no hay dos de ellos que suenen parecidos; del alt-country “Thriller” al lounge folk de “Is a Woman”.
Así, mientras que “FLOTUS”, el nuevo disco de la banda está bañado por el vocoder, mezclado con electrónica, no podemos decir que sea un shock. Ya ha habido precedentes.
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Foto: Pedro Anguila |
Hicieron bromas sobre la complicada situación política de nuestro país y del suyo. Y también sobre lo bien que se come en España, ¡Cómo no!
Los asistentes comentaban que tanto vocoder llegaba a no agradar y es que esta nueva etapa del grupo puede no convencer a los amantes del sonido más puramente country de álbumes pasados.
El público, dormido o no, guardaba un silencio respetuoso que el propio grupo agradeció aplaudiendo en un signo de comunión perfecta.
No querían hacer bises y decidieron tocar dos canciones más para no tener que volver a salir, pero la gente demandó que salieran una vez más. Estaban a gusto y se notaba.
Kurt Wagner, excepcional, junto a sus músicos enseñaron lo que Lambchop es, una fábrica de belleza que encuentra en el estado casi comatoso su razón de ser, más allá de corsés estilísticos. Crónica por Patricia Anadon para El Mundo de Tulsa.