Crónica Sonorama Ribera 2017 - Foto: Diego Santamaría

CRÓNICA SONORAMA RIBERA 2017

«Lo que atraes es el reflejo de lo que eres»
Sonorama Ribera bate record de audiencia celebrando su vigésimo aniversario con un cartel compuesto por más de 250 artistas que repartidos por doce escenarios han rendido homenaje a la música española. 
Quien les iba a decir hace veinte años a Susana Vicario y a Javier Ajenjo que Sonorama Ribera iba a convertirse en el summun de los festivales. A punto estuvieron entonces de tirar la toalla, pues toda la recompensa que recibían era la de “lo habéis hecho muy bien chavales”, pero decidieron ir contra viento y marea sin imaginarse en ningún momento hasta donde llegarían. 
Con todo vendido y con el único objetivo de rendir homenaje a la música española, alrededor de 75.000 personas celebraron en el recinto ferial de Aranda de Duero el vigésimo aniversario de Sonorama Ribera. En total seis días de fiesta, música y desenfreno que servidos en bandeja han generado en la capital Ribereña una repercusión económica de unos 14 millones de euros. 
“Las cosas hay que hacerlas muy bien para que salgan medio bien” decía Javier Ajenjo director del evento en una de las ruedas de prensa. Y es que a pesar de batir record de audiencia y calificar el balance como positivo cierto resquicio amargo se les ha debido de quedar en la boca. Pusieron toda la carne en el asador intentando llegar a la excelencia, pero ha sido imposible dejar pasar por inadvertido las continuas quejas del público asistente. Y es que en resumidas cuentas, una excesiva masificación se adueñó del festival e hizo del tránsito una dificultad bastante incómoda.–Se les ha ido… se lamentaban algunos, o –Sonorama ha perdido su esencia…se escuchaba entre frases nada halagüeñas. Y es que posiblemente los veteranos hicieron feed-back de otras ediciones y se sintieron damnificados, sucediendo lo contrario con un número bastante amplio de neófitos al festival, que tal vez atraídos por el reclamo de los conciertos y de la fiesta en la Plaza del Trigo sintieron la necesidad de acudir y alimentar al monstruo. 
Este año la edición se ha dilatado de miércoles a lunes. Los escenarios urbanos han llegado a siete y dentro del recinto han sido cuatro. También como novedad el Sonorama Baby ha dejado de celebrarse en el pueblo y ha pasado a formar parte del recinto. Un festival dentro de otro festival que ha contado con la asistencia de más de 200 niños previamente censados. 
El cartel, inabarcable, prometía más de 250 grupos, todos nacionales, y varias sorpresas. La jornada inaugural se inició el miércoles 10 de agosto en la zona de acampada de la mano de Amaro Ferreiro presentando su segundo disco desgarrador de almas “Biologo”. Rufus T Firefly, los más aclamados de la noche, nos ofrecieron un viaje breve e intenso que continuó fuera de programación en los días siguientes del festival. Luis Brea y El Miedo fueron los terceros en discordia en actuar, presentaron su último trabajo “Usted se encuentra aquí” ganándose al público en la última parte del concierto. Varry Brava terminó de caldear la fría noche de agosto. El grupo sabe conectar, e hicieron un recorrido por sus temas más bailongos parándose en su último trabajo “Safari emocional”. Apostamos por su presencia en una próxima edición, pues con ellos la fiesta está asegurada.
Los encargados de abrir el escenario Radio 3 el jueves en la Plaza del Trigo fueron Morgan. Ya inauguraron el año pasado el miércoles en el escenario Desperados así que desde aquí y para que no pierdan la costumbre proponemos a la organización que también abran el próximo año una tarde de recinto. Tras la voz de Nina, Maryan Frutos, voz de Kuve, ayudada por Gabriel de Shinova puso patas arriba el escenario. Medio incrédulos cantaron el “La,la,la” de Massiel cuya respuesta fue inmediata. Alrededor de las 14:00 horas como primera sorpresa del festival y para sorpresa de todos apareció Mikel Erentxun. El donostiarra guitarra en mano desgranó parte de su último disco “El hombre sin Sombra” sin olvidarse de desempolvar “Cien gaviotas” cuyo tema fue recibido con cariño por ser una de la canciones más recordadas de cuando eran banda. Tras el vasco los vallisoletanos Arizona Baby remataron la mañana. Javier Vielba, Ruben Marrón y Guille Aragón tocaron versiones clásicas de leyendas como Kings of Leon o Nirvana contando también con la colaboración de la maravillosa voz de Nina de Morgan. También interpretaron “Shiralee “o “The Truth” dos temas de la banda que brillaron con luz propia. 
La programación de la tarde arrancó con Polock seguido del cantautor Nacho Vegas que logró reunir a una hora temprana de la tarde a sus más fervientes seguidores. Tras el apabullante concierto de Polock nos dirigimos al escenario Aranda de Duero.En el, Annie B Sweet nos hizo disfrutar de lo lindo. Vestida de rosa y muy elegante, la malagueña nos cautivó interpretando temas de su último disco “Chasing Ilusions” junto con otros temas de su carrera. 
Foto: Diego Santamaría
El escenario Ribera del Duero se preparó para uno de los momentos más esperados de la noche. En él, al son de una banda capitaneada por el polifacético productor y multi instrumentista Charlie Bautista se celebró el concierto “20 años de Sonorama”, que haciendo también de maestro de ceremonias repasó algunas canciones que han marcado estos 20 años de festival. Ver a uno de los tipos con más talento de toda la escena alternativa de nuestro país dirigir el espectáculo fue señal de una buena velada. Junto a el y pasadas las nueve de la noche Sean Frutos de Second estrenó con su “Rincón Exquisito” el escenario. Le sucedieron Mikel de Izal y su más que canturreado tema “La Mujer de Verde” el cual el público sin tapujos se lo arrebató convirtiéndolo en suyo. Gabriel de Shinova no interpretó un tema propio y si “Emborracharme” de Lori Meyers. A de la Rosa le siguieron con “Ayer” Jorge y Pau de La Habitación Roja, Juan Alberto de Niños Mutantes con “Errante”. Mikel Erentxun con “Cien gaviotas” de Duncan Dhu , terminando la primera parte de la gala con “Felicidad” del Lichis, componente de La Cabra Mecanica. Aunque a esas alturas el escenario echaba fuego aún quedaban varios cartuchos por quemar. Marc y Belly o lo que es lo mismo Dorian interpretaron “A Cualquier otra parte”-tema que horas después se convertiría en premonitorio- acompañado de un entregado Iván Ferreiro. El momento épico del concierto lo puso al piano Charlie Bautista que interpretó “En mis Venas” en un homenaje a Supersubmarina .Instrumentalmente y sin apariciones sobre el escenario sonó “Saharabbey Road” de Vetusta Morla. Le siguió Enric Montefusco cantando el himno de Standstill “Adelante Bonaparte”. Inesperados Kuve y WAS dinamitaron el escenario con “Toro” de El Columpio Asesino. En la recta final Leon Benavente se encaró con “Ser Brigada” y remató el show Iván Ferreiro con “Turnedo” y con un queridismo Xoel Lopez que recibiendo la aclamación del público no le quedó más remedio que compartirla con todos los anteriores que apareciendo de nuevo en el escenario daban botes de alegría cantando “Que No” de Deluxe como si no hubiera un mañana.
Sobresalientes también fueron los conciertos de Loquillo y Amaral. No podemos decir lo mismo de Dorian que tras evidentes fallos de sonido y parones de concierto no tuvieron más remedio que suspenderlo. Mientras el aflijido público se consternaba por lo sucedido, en el escenario Burgos y Destino y en la Carpa Circo Meeting Arts diversos artistas como Enric Montefusco o Blutaski Dj siguieron poniendo ritmo a la noche. 
The Milkway Express hizo su aparición en el escenario de la mítica plaza del Trigo pero nosotros acudimos a un showcase en Le Club con Shinova que repetían encuentro en el mismo lugar un año después. El acústico endiabladamente bello acompañó a una sala repleta de gente tozuda por no perdérselo, lo que generó que la inicial zona de confort se convirtiera en irrespirable. Era viernes por la mañana y nuestra ruta musical estaba seleccionada. Tras bocanadas de aire nos fuimos a ver a Apartamentos Acapulco que tocaron en el Escenario Heineken- plaza de la Sal alrededor de la una del mediodía. No nos sorprendió que la plaza estuviera abarrotada, pues son una de las bandas más prometedoras de la escena, de esas que intuyes que les queda muy poco para dar el salto. Potencialmente buenos nos hubiera gustado verles en un escenario acorde a su grandeza, aunque estamos seguros que volverán a ocupar un lugar en el cartel del festival arandino y en el escenario que se merecen. La sorpresa del viernes en la Plaza del Trigo vino de la mano de León Benavente. Los de Boba no se conformaron con acto de presencia y desgranaron con la fuerza y pasión que les caracteriza el repertorio de su disco más osado. Fatalidad para algunos que al tratarse de sorpresa ni se lo imaginaron y se perdieron la escena de la superbanda indie que una vez más repetía el milagro. 
La programación por la tarde en el recinto se acentuó con la actuación de artistas de renombre como Sidecars, Nora Norman, Iván Ferreiro, Coque Malla y otros muchos que triunfaron ante la mayor cifra de asistencia de la historia del festival. Los que acudieron a ver al líder de Los Ronaldos ya superaban con creces la mayoría de edad y eso se notó en la elegancia y el respeto que tuvo el público a la hora de escuchar su concierto. Coque nos regaló sus temas con la misma clase con la que se viste e incluso contó con la colaboración de la dulce Anni para cantar “No puedo vivir sin ti” uno de los temas más conocidos del señor Malla. 
Foto: Rodrigo Mena
Sidonie, “El peor grupo del mundo” salió al escenario Ribera de Duero más tarde de la hora programada. En realidad el retraso fue más que evidente en todos los días de festival lo que hizo que más de uno se desorientara y se perdiera algún concierto. El show de los catalanes es enérgico y divertido pero nos resultó repetitivo ver el mismo espectáculo de siempre. Sidonie si, pero sin escaparatismos. Como Niños Mutantes que tocaron un concierto de diez sin la necesidad de que nadie les sacara a hombros. Mostaza Galvez fue en esa noche Mostaza Galvez Tom. El dúo formado por Guille y Frank contó con la colaboración especial de Mayor Tom, el cual también colaboró en guitarras eléctricas y acústicas en la grabación de su último trabajo Vida y Milagros. Sin vergüenza se inclinaron en tocar sus temas más ácidos sonando así “Me vuelvo con lo puesto” “No,no,no” y mi favorita “La noche nos engaña”. La escena fue de tres amigos ofreciendo un concierto efervescente con el único objetivo de pasarlo bien. No sabemos si a Jose Miguel Conejo Torres – o lo que es lo mismo a Leiva-le han sacado alguna vez a hombros. El de Pereza– que no llevaba puesta su extraviada chupa vaquera- presentó su tercer álbum Monstruos que fue acogido con los brazos abiertos.”Ultimo Incendio” o “La lluvia en tus zapatos” fueron los primeros en sonar, no olvidándose tampoco el madrileño de dedicarles “Sincericidio” a Supersubmarina. Con la colaboración de Iván Ferreiro en “Crimenes perfectos” y cerrando con “Lady Madrid” el cabeza de cartel se retiró dejándonos aparentemente satisfechos. Platos fuertes de la noche también fueron Fangoria, -que ya pertenecen a la subasta festivalera- y Novedades Carminha los Prozac de la música. “Que Dios reparta fuerte” “Fiesta Tropical” o su último sencillo “Te quiero igual” consiguieron que no se quedara estático ningún esqueleto y es que Los Carminhos ese grupo que se confiesa freudiano del extrarradio, amante del queso de tetilla y dicen ser grupo favorito de Marichalar se presentaron micro en mano declarando sus intenciones.
El sábado más lozanos que frescos nos dirigimos a un primer encuentro con Mechanismo el grupo más elegante de la mañana. La banda madrileña influenciada por grandes como Radiohead o Morrisey presentaron cuidadosamente su disco de largo formato “The Forlorn Hope”. Fue una de las bandas que más ansiaba ver y aunque disfruté mucho de sus canciones su exposición duró lo que dura un parpadeo. Si hay algo que me pone de mal humor de algunos festivales estivales son la cantidad de conciertos que se solapan. Por ejemplo el de Angel Stanich y Lichis. Es imposible verlos todos y hay que elegir. La rumorología, esa difusión tendenciosa de rumores o información no comprobada tomó forma un año más en Sonorama Ribera. El rumor de que la sorpresa del día sería Izal se ensalzaba según se iba acercando la hora ansiada. Júbilo por parte del público cuando entonando Copacabana Mikel hizo acto de presencia. Cuantos sueños cumplidos en esa mañana con el concierto #espirituribera. 
Foto: Ana Hernández
La cita ineludible con Viva Suecia fue en el recinto a las 19:00 de la tarde. Creo que han sido el único grupo que de un año para otro ha pasado del escenario Desperados al principal. Generalmente la dinámica dice que para llegar a tocar en el gran escenario hay que hacer el triple salto mortal en el trampolín de la Plaza del Trigo y ver que sucede, pero en el caso de Viva Suecia el circuito giró por otros derroteros. Durante este último año la trayectoria de la banda ha sido ascendente confirmando su presencia en la mayoría de los festivales, incluso lucieron palmito en el FIB, cumpliendo así estos un sueño. Currelas, luchadores y sin perder toma de contacto con la realidad tocaron temas que pusieron en boca de todos.“Piedad” “Los Años” o “Bien Por ti”, pieza que se llevó el premio a la mejor canción en los Premios de la Música Independiente, fueron algunos de los temas sonoros del concierto. Y aunque Iván Ferreiro no fue el elegido para cantar con ellos “A donde ir” si lo fue Jorge de La Habitación Roja, con el que tejieron en una original versión de “Guerra fría” su personal guiño –palabras textuales de Rafa- “a una de las bandas que tenían que haber estado allí”. Un homenaje más, pero con estilo, para Supersubmarina de muchos de los que llevábamos en el festival. Aunque el sol abrasaba y el concierto llegaba a su fin no me equivoco si digo que nos hubiéramos quedado toda la tarde desgañitando canciones “suecas”. No abrieron con “La estrella de David” ni tocaron “Nos ponemos con esto”- tema que me eleva a la infinita potencia- pero disfrutamos una vez más de su música como cerdos en el lodo. 
Santiago Auserón junto con Sexy Sadie enseñaron músculo demostrando así su buena forma. No faltaron los clásicos, esos que crecieron en las radiofórmulas y repasaron también las distintas épocas de la carrera musical del primero. “Anabel Lee” “Escuela de Calor” o la archiconocida “La Negra Flor” sonaron para deleite de un público que se regocijó en uno de los conciertos más acertados de la noche. La sombra de Lori Meyers es alargada. Si horas antes en la rueda de prensa se mostraron seguros de lo que iban a ofrecer en el escenario demostraron su equívoco. Los cabezas de cartel presentaron su puesta en escena de manera apática y descuidada. No brillaron. Todo el concierto se vio empañado por diversos problemas de sonido, voz e instrumentos. Incluso se vieron obligados a parar para poder subsanar las dificultades que se les pusieron por delante. Se empeñaron en tocar canciones de su más reciente disco “En la espiral”, disco que ni chicha ni limoná ,no tiene tirón para con los festivales. No se dejaron los de Granada en el tintero sus hits más populares “Emborracharme” “Mi realidad” “Luces de Neón” cerrando el concierto con “Alta fidelidad” que aunque consiguieron levantar la moral del público siguieron sonando mal y bajo. Sobrepasó la madrugada el momento álgido de la noche. Llegó el tris de soplar velas y el escenario principal se cubrió de un halo de intriga y misterio. Sobre él, un telón blanco y enorme emitió imágenes de agradecimiento de los grandes ausentes. También los veinte años de festival tuvieron su espacio en un recorrido por imágenes. Llego el momento de subir la lona. Algunos estaban allí porque una vez más la rumorología había hecho su trabajo. Unos por si salían Vetusta Morla o Izal, otros por si sonaba la flauta con Los Planetas. Una especie de pulso dividió el criterio musical de los espectadores. De repente los primeros acordes de “Segundo premio”. Sus majestades Los Planetas se hicieron con la victoria. Fuegos artificiales en el cielo mientras gente malhumorada vaciaba las primeras filas con el malestar en el rostro. Emoción y decepción a partes iguales. Entonces fue cuando no entendí nada y lo entendí todo. Nunca pensé que llegaría a contemplar abucheos y desprecios a una banda como Los Planetas. ¿El público de los festivales había cambiado?. Cualquiera en su sano juicio hubiera apostado por ellos. Inexplicable la respuesta de muchos hacia una banda de tal recorrido. Los Planetas habían vuelto, y ese fue el segundo concierto más acertado de la noche. Y aunque el sonido no fue todo lo bueno que tuvo que haber sido pudimos disfrutar de grandes temas de su carrera y de su último disco “Zona temporalmente autónoma” cerrando el concierto con “Pesadilla en el parque de atracciones”
La noche llegaba a su fin en horas pero no en espectáculos. Aun faltaban artistas como Kitai, que haciendo del escenario una kale borroka demostraron con un concierto incendiario –tobillo roto incluido- ser los patriotas de la noche. La Habitación Roja, que demostró que las tablas sirven para algo contaron con la colaboración de Viva Suecia para cerrar con “Ayer” su momento .Y Shinova que con un show distinguido e impecable remontó el festival demostrando ser los verdaderos cabezas de cartel de la noche. La sorpresa de la noche la puso Monarchy, un conejo sacado de la chistera que con su electrónica hizo bailar a los respetables como en una pista de baile. 
Murcia siempre está presente entre los artistas que forman el cartel de Sonorama. El domingo por la mañana tuvimos que esperar a que la misa acabara para poder disfrutar de una de las bandas murcianas con más potencial de los últimos tiempos. Ya había ganas. Noise Box llegaban a Aranda en un viaje relámpago para presentarnos su último trabajo “Every picture of you is when you where younger”, un disco completo repleto de colorido y dinámica. Generosos nos regalaron temas potentes como “Magic”o “Run” y nos prepararon un brebaje de temas explosivos destiladores de shoegazer y post- rock de alta potencia. Cerraron el fugaz concierto con “Big Boy” otorgando así acento a la intensidad. Esperamos que vuelvan de nuevo al festival para nutrirnos de nuevo de la calidad musical de este grupo .Pulgares arriba para Noise Box. 
Aún sabiendo que los elegidos en poner patas arriba la Plaza del Trigo serian los Sidonie nos dirigimos con la música a otra parte hacia el escenario Sta Catalina, pues actuaban Nixon, Rick Brendan y Correos. Cuando llegamos Rick Brendan estaba terminando su espectáculo (y digo bien espectáculo) puesto que le pillamos muerto de la risa encaramado a una farola. Tuvo pinta de haber realizado un autentico show y nos arrepentimos de no haber llegado antes. Nos contaron que había presentado su disco “anormal” y que había cantado versiones de otros. En definitiva que hizo lo que le dio la gana. Nos llamó la atención la ausencia de parroquianos y empezamos a temer la misma escasez de público para Correos. Todo el concierto de “los modernos eternos” lo pasé haciéndome la misma pregunta.-¿Cómo era posible que de un festival en el que éramos 25.000 personas sólo estuviéramos presentes cuatro gatos?. Correos, grupo de fenómeno de masas, fabricantes de letras preciosistas y gancho comercial ponían en práctica las leyes de Darwin. Abrieron el concierto con “La Voz” seguido de “Todo el mundo necesita un corazón”. Lejos de importarles la poca asistencia de público el grupo nos invitó a cantar con ellos todos sus temas, desde “Rubicón” pasando por “Jóvenes” hasta “Calles llenas de gente vacia”. En petit comité nos confesaron que para finales de año tenían preparado algo muy grande y que a su nuevo disco le faltaba muy poquito para terminar la cocción. Tuvimos el privilegio de escuchar “No se apaga”, un nuevo tema de lo que está por venir. Sin complejos terminaron con “Snobs”, tal vez el tema más post-punk de todo el concierto. Esperamos que en un próximo concierto de un festival de esta envergadura la afluencia de público sea masiva porque como el mismo grupo relata, en la actualidad vivimos en un reinado indie que solo un ingenio pensaría eterno, llegará el momento en que muchas bandas caerán en el olvido mientras que serán pocas las que trascienda a su tiempo. ¡Aupa Correos!
Otros años por estas fechas ya entonaba el “Pobre de mí” pero este año era diferente. Por la noche en la zona de acampada actuaron Rusos Blancos, Thachenko, Nunatak y Camela. La idea era llegar a ver a Nunatak pero el retraso de más de una hora hizo que nos encontráramos con Thachenko sobre el escenario. No les temblaron las canillas a los Nunatak cuando se presentaron ante más de 12.000 personas. Y si por un momento los nervios les acompañaron estos ni se notaron. Nos obsequiaron con temas como “Soy viento ,soy fuego” o “Luz en su voz “de su primer largo “Nunatak y las luces del bosque” enriqueciéndonos más si cabe con canciones de su último disco “Nunatak y el pulso infinito”. La escena fue impecable y para nosotros fueron los grandes triunfadores de la noche pues nos regalaron una ceremonia de despedida inolvidable. Aluciné pepinillos cuando observé con mis propios ojos lo que significaba el fenómeno Camela. Me siento incapaz de decir con que tema arrancó y mucho menos de describir el set-list pues creo que solo sé tararear un par de estribillos fáciles de dos canciones complejas. De los dos componentes de Camela Dioni fue el que más parló. Nos habló del maltrato de género y nos rogó que en esta vida nunca fuéramos esclavos de nadie. Nos presentó a su hijo Cristopher, que estuvo de cuerpo presente y dijo algo de unos puestos de vender camisetas. Entonces desconecté y se me pasó por la cabeza dirigirme a la barra. Llevaba desde el miércoles con intención de explicarle a la camarera que era una 0.0 o más bien que no era, pues atrevida ella tuvo la osadía de servirme en su día una caña con limón. Me contuve. Hice toma tierra y cuando regresé a la realidad Dioni seguía con la cháchara. Contó que tenían un disco nuevo que habían estrenado hacia poco y que venían a presentarlo. Con la esperanza de que el dúo hubiera evolucionado en sus composiciones afilé las orejas e igual que la escuché la olvidé. En ella no encontré nada nuevo. La misma tecno-rumba de siempre, con los mismos sintetizadores de siempre y con las mismas letras de siempre. Se me hizo bola. Nada renovado en comparación con los escuchado desde hacía casi cinco lustros. Como ese cura no era mi padre sentí curiosidad por saber qué cantidad de oyentes en Spotify tenían y no me sorprendí cuando observe la nada desdeñable cifra de 126.660 oyentes mensuales. Si es verdad que Camela, como la mayoría de los grupos que empiezan, no lo tuvo fácil .Comenzaron realizando maquetas hasta que consiguieron llamar la atención de discográficas de renombre como AR,EMI y Warner Music. Y aunque para gustos los colores hay que reconocer que por haber mantenido su mismo estilo y darle valor a sus raíces musicales se han convertido en icono de la música española avanzando con paso firme con un importante precio social, y ya solo por eso hay que otorgándoles el reconocimiento que se merecen. Además, se metieron al público en el bolsillo y eso ya era mucho más de lo que hicieron algunos cabezas de cartel. Y a todo esto…¿Camela no eran tres?
Un puñetazo en la mesa 
Cuando los de aquí salimos fuera y decimos que somos de Aranda el primer intercambio de palabras antes de hablar de vino y lechazo es SONORAMA. Sonorama es la Meca de los festivales y una de las mejores cosas que tenemos en la capital ribereña. También hay otras cosas pero nada comparable con el festival. Ha terminado Sonorama y ya se está hablando de las necesidades del evento. Para empezar y en palabras de Javier Ajenjo,”no anunciaran una nueva edición hasta que no dispongan de un recinto adecuado”, así de rotundo se ha mostrado el director de Sonorama respecto al futuro del festival. Y aunque están satisfechos con la que ha sido la mejor edición tendrán que tomar medidas tajantes como la de restringir los accesos a la gente que no haya comprado entrada, para que así los que si lo han hecho puedan disfrutar de su privilegio. Solo tomando esas medidas se podrá poner límites a situaciones que barren la imagen del festival. 
Desde aquí deseamos que pronto se llegue a un acuerdo y empiecen a trabajar en la preparación de un nuevo lugar donde los puntos críticos sean mínimos. Tanto los foráneos como los arandinos que creemos que Sonorama es una necesidad emocional, pedimos encarecidamente vivir sin agobios la experiencia del festival. Al fin y al cabo a todos nos une la música, ella es y será siempre nuestro cabeza de cartel. Crónica por Asun As para El Mundo de Tulsa.