Entrevista a Edu Vázquez por Manu Fau para El Mundo de Tulsa
‘Mi objetivo es que las canciones lleguen a la gente. Emocionar’.
Por las calles de Lavapiés reside un invierno diferente al de otros barrios de Madrid. Este es de esos días de sol que piden calle y terraza impulsiva. Vamos al encuentro de Edu Vázquez, músico con mayúsculas, quien respeta y eleva la profesión a cada paso. Ha sacado nuevo disco, El Firmamento Tenue (Diciembre, 2018). De esos que guardan canciones que se acomodan a tu lado durante largas temporadas.
* Manu Fau. ¿Cómo se retoma un segundo disco después de tanto tiempo con el anterior?
* Edu Vázquez. Realmente el parón que se hace no es un parón buscado. No es que sacara el primer disco y pensara: voy a esperar. Por circunstancias no te metes a grabar el material que tienes. Es cierto que entre estos seis años (2012-2018) en ningún momento he parado de escri-bir ni de tocar… Autoexigencia, inseguridad, miedo… Creo que esas tres cosas te van frenando y llevando un poco a decir: ¿podría grabar esto? Sí, pero no lo voy a hacer. A mí, mi click, des-pués de circunstancias, de vaivenes personales durante estos seis años, fue al llegar a Madrid. Aquí mi intención era escribir nuevas canciones lo mejor posible, tocarlas y moverme por esta ciudad (mis comienzos en el Libertad 8). Entonces, ya me dije a mí mismo que tenía que po-nerme a grabar en serio. Retomar otra vez otro disco. Pero, hasta que no estuve seguro de mí mismo ha pasado mucho tiempo. Miedos personales, inseguridad… Todo ello está escrito en el disco, el late motiv va un poco por ahí. La seguridad y las ganas de hacer cosas nuevas te las da el trabajar y tocar. Empecé a escribir y a tocar en Madrid y necesitaba grabarlo.
* M.F. ¿Qué significa para ti Libertad 8?
* E.V. No vengo de la escuela de cantautores, la cual respeto totalmente. Vengo de otra pelí-cula… Solo, tocando con la guitarra empecé hace relativamente poco. Hace unos diez años. Anteriormente he estado tocando con bandas. En el momento que empiezas a tocar solo lógi-camente te empiezas a interesar por ese tipo de formatos y el gran sitio de cantautores es el Libertad; más con el formato que yo traía. Si yo llego a venir a Madrid y me monto una banda, seguramente el camino habría sido otro. Pero, me interesaba mucho esta ruta que ya había em-pezado en 2009. Sí que tenía referencias de grandes cantautores, pero no de los españoles. Siempre he escuchado a los grandes maestros anglosajones: Leonard Cohen, Bob Dylan, Tom Waits, Springteen… Entonces, también vengo de ahí. Volviendo a la pregunta, el Libertad 8 es el gran sitio para tocar… Tiene tradición… Muchos de los mejores han salido de ahi… El espí-ritu que se palpa, y piensas en toda la gente importante que ha tocado sobre esas tablas. Ha estado Pedro Guerra, Jorge Drexler, Fito Paez… Muchísima gente. Entonces, obviamente, te apetece tocar ahi. A Madrid he venido con mi guitarra al hombro, no he venido con una banda.
* M.F. El camino te lo pide, por así decirlo…
* E.V. ¡Claro! Incluso las canciones que estaba escribiendo son en ese concepto. Pensaba en los grandes cantautores universales que iban con su guitarra y con su armónica cantando sus can-ciones. No he escrito las canciones de este disco pensando en arreglarlas, al contrario, se arre-glaron luego. Este disco podría haberlo grabado solo. Podía haber cogido un micro y tocar las canciones, como hice la última vez en Libertad. Es en el formato en el que creo al 100% con es-tas canciones. Si alguien te ve a guitarra y voz y le gustas llevas mucho ganado. Después de esto, cualquier canción que arregles quedará bonita. A Julián de Libertad le agradezco mucho porque siendo un lugar de difícil acceso y de mucha tradición me abrió sus puertas. Él es una persona que valora mucho la música y para mí es un alago que te de la oportunidad. Sobre todo, el otro día que nos dio el sábado y funcionó de cine.
– M.F. ¿Cómo describirías este último lleno en Libertad 8?
– E.V. Sentí una emoción absoluta, porque ni en el menor de los sueños, me imaginaba que podía haber tanta gente. Pensaba en el crowdfunding, pero nunca en el Libertad lleno. Lo había hablado muchas veces con Julían (dueño del Libertad) en la barra. Charlábamos sobre cuanta gente venía y con que sensación se iban. Si vas a tocar y viene gente nueva es increíble. Aunque sean unos pocos, que vengan a verte y les guste lo que has hecho, para mí, es un triunfo. Es un orgullo ab-soluto. Pero, llegar y ver 95 personas, las cuales muchas no eran caras conocidas… Lo dije en el concierto, se ve muy bonito el Libertad llenísimo. No te quieres bajar de allí nunca.
– M.F. ¿Vértigo?
* E.V. Muchísimo. Y responsabilidad. Creo muchísimo en las canciones, creo en como las he pre-parado yo solo para defenderlas. Creo que al igual que una banda ensaya, una persona con una guitarra sola tiene que ensayarlo. Tienes que cantar y tocar bien. Creo que ese esfuerzo se tiene que notar. A mí no me vale cuando un músico sube a un escenario y dice no saber tocar muy bien. Tienes que ponerte a ello. Tocas para gente, ya sean muchos o pocos. Es una res-ponsabilidad, en la cual debes sentir que lo has preparado y trabajado bien. Debes tocar y can-tar al mejor nivel que puedas hacerlo. En mi caso, he escrito las canciones lo mejor que sé y que saqué de dentro. Pero, tener a 95 personas calladas en Libertad… Es una silencio que acojona. Recuerdo cuando tocaba en bares de trinchera en los que todo el mundo estaba ha-blando… De ahí a tener en frente a tanta gente escuchando cada palabra que has escrito en un lugar tan mítico… Tienes que ir muy seguro de lo que escribes. Entonces, claro que había ner-vios.
* M.F. ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de trabajar en solitario?
* E.V. Las ventajas son que haces lo que quieres. Libertad absoluta. Las desventajas aparecen si pierdes la perspectiva y tienes demasiado ego. Te puedes dar una bofetada porque lo que a uno mismo le parece increíble, igual no lo es tanto. Yo siempre me he intentado preocupar de tener gente alrededor para preguntarles que les parece lo que hago. Mi oído ya está viciado. Muchas veces he creído que una canción era un horror y había decidido abandonarla, hasta que aparecían amigos múscos, escritores de canciones o gente a las que les gustaba mucho la música y me han recomendado seguir rascando ahí, o al contrario, me han recomendado que la deje o le de una vuelta. Eso hay que tenerlo. Me parece un error absoluto en cualquier oficio que tú seas juez y parte. Si es cierto que el tiempo te da una perspectiva para saber si algo es bueno o malo. Sé cuando tengo una letra o música que puede estar bien, pero que puedo mejo-rarla. También sé cuando hago una catástrofe y pisar el freno. Cuando tienes algo que tú crees que es muy bueno y tú te emocionas, también mola cotejarlo. También creo que lo máximo para un músico es que si la canción te emociona, sin pensar pensar en intentar gustar a otros, tienes ya mucho ganado, y ahí debes de rascar. Todos lo que escribimos somos nuestros peores enemigos como críticos. En el momento que tú haces algo tuyo, que te emociona a ti, piensas: ‘si yo escuchara esto de otra persona, probablemente, me emocionaría’. Ahí es donde está el camino, ahí es donde tienes que seguir cavando el hoyo.
* M.F. Entre seguir las canciones, sin importar el estilo, o trabajar conforme a un estilo, ¿qué eliges?
* E.V. Las canciones absolutamente. Hacer un ejercicio de estilo creo que te limita mucho. Te es-tás metiendo en una habitación sin ventanas, entre cuatro paredes, lanzando una pelota de te-nis una y otra vez contra el muro. Sin salir de ahí. Vuelve a ti todo el rato. Limitación absoluta. En cambio, si entras en una habitación con ventanas… Tú puedes tener referentes claros. Eso está bien. Un cierto background, una cierta universalidad y sensibilidad para escuchar todo tipo de música. Luego, coger de esa música lo que más te gusta. En mi caso, reconozco que llevo toda la vida en una clave de rock y pop clásico, pero siempre abriendo las ventanas a cualquier cosa que venga. Es necesario. Además, a nivel músico sería aburridísimo hacer un disco única y exclusivamente con lo mismo. Creo que es bonito que en cada proceso de creación de un disco no haber escuchado siempre lo mismo. Mola que de repente estés escuchando algo que no conoces de nada, y te inspire. Quizá mañana no me pongo a hacer una chacarera, pero he escuchado música latinoamericana que me alucina y sé que me ha influído. Es decir, la antena y el radar tienen que estar puestos. Para todo. Por ejemplo: me parece muy interesante escu-char el disco de Rosalía. Aunque no sea mi estilo. Igual no me lo pongo luego otra vez, al no ser lo que me gusta. Lo que más escucho son los maestros que he mamado toda la vida. La música que me emociona. Eso es otra historia. Soy fan de la música y siempre va a estar ahí.
* M.F. Dime algún referente que esté contigo desde siempre.
* E.V. Dylan Springsteen como cabecera absoluta. Luego te puedo decir: Leonard Cohen, Tom Waits, Tom Petty, Johnny Cash…
* M.F ¿Has tenido ídolos?
* E.V. Tengo ídolos, pero no en el sentido fanático de ‘mi ídolo es el mejor y el resto es basura’. Tengo ídolos por educación sentimental. Por ejemplo, uno de mis ídolos, y posiblemente el que más, es Bruce Springsteen. A parte de que le admiro como escritor de canciones, por una ca-rrera que me parece superhonesta, por un discurso absolutamente real… Incluso en sus épo-cas chungas, periodos de depresiones, cuando siendo ultramillonario cantaba a la clase traba-jadora. Con todas esas me parece un tío increíble. Sobre todo porque desde pequeñito escuché a Bruce Springsteen en voz de mi primo en el patio de luces donde yo vivía, ya que él tenía la ventana abierta (vivía en el primer piso). Lo llevo muy adentro. La primera vez que bajé a casa de mi primo a saber que era eso, encontré que tenía la casa llena de discos y movidas de Bruce Springsteen. Tenía doce años. Además le flipaba la música americana. Tocaba otro amigo nuestro mucho allí también. Todo eso se me metió dentro y creo mucho en lo que se inyecta en ti como un virus cuando eres pequeño. Aunque luego abras mil ventanas y como fan de la mú-sica te intereses por todo. Todo lo que sea real. Es importante matizarlo. Hay una canción que habla de eso, se llama Grietas. Sobre ciertas propuestas que no me creo. Sobre la relación en-tre lo que hay en el escenario y lo que luego ves fuera. Volviendo al tema, lo que tienes dentro desde pequeñito se queda. A Bruce Springsteen le tengo un cariño especial y como ídolo aña-diría a Dylan también.
* M.F. ¿En cuánto a discos?
– E.V. Closing Time de Tom Waits. Esto viene también de mi infancia. Iba a clases de piano cuando era pequeño, a mis once años, pero lo acabé dejando. A veces pienso que si hubiese se-guido desde aquella edad hasta ahora tocando el piano sería muy guay. Volviendo al tema, re-tomé el piano a los 23 años con una profesora que tuve en los talleres de música donde daba también clases de guitarra. Un día llegué y le dije a la profesora que había descubierto un músico que me flipaba. Ella me preguntó que a cual me refería. Entonces, cuando le dije que se trataba de Tom Waits ella me respondió que era ultrafan para mí sorpresa. Por tanto, le tengo a ese disco mucho cariño porque recuerdo la emoción que me produjo encontrar a un músico así. Ese disco y The Heart of Saturday Night fueron dos discos que me gustaron mucho. A Tom Waits, lo descubrí también tarde, mirando créditos de un directo de Springsteen, Jersey Girl, la cual es una canción que aparece en el Heartattack And Vine de Tom Waits. Siendo más chaval no me preocupaba tanto de los créditos como ahora que soy más friki mirando quienes han tocado. Añadiría Born To Run de Springsteen porque tiene mi canción favorita de todos los tiempos, Thunder Road, por otro lado, For Everyman de Jackson Browne. Joder, y no puedo quedarme este atrás: Cars Wheels On A Gravel Road de Lucinda Williams. Me voló la cabeza tanto este disco como Lucinda en sí. Ella fue un click bastante importante. La descubrí por Ryan Adams. La discográfica que editaba a Lu-cinda Williams, Lost Highway, editó algo de Ryam Adams. No recuerdo exactamente como fue. Uf, no puedo dejar también el Gold de Ryan Adams. Te digo esos cinco.
* M.F. Viviendo en Madrid, has decidido ir a grabar el disco a Asturias. Podrías haber elegido cualquier estudio más cercano. ¿Qué significa ahora para ti Asturias estando tan lejos de casa?
* E.V. Me apetecía mucho grabar estas canciones en Asturias porque buscaba ese punto de con-fort y sensación de hogar. El disco tenía mucho que ver con eso. El disco sobrevuela mucho los miedos, las inseguridades, el paso del tiempo, la pérdida, la lejanía del hogar… Tengo a Astu-rias muy presente y creí que esas canciones las debía grabar ahí. Fue un acierto. Las grabé con la persona con la que tocaba la guitarra antes, Sergio. Y con Pablo Latos. Son maravillo-sos. El sitio es espectacular. En la montaña, en Gijón. Creo que influye mucho donde grabes. A mí eso me gusta mucho de los grandes músicos. Me gusta saber donde graban. Uno de mis fa-voritos es Harvest de Neil Young. ¡Se fue a un granero! O los Stones con Exile On Main Street, que se fueron a Francia. Decían que tenían problemas con los impuestos. Pero allí pudieron grabar tranquilamente sin que les molestara la prensa. Es maravilloso. Alquilaron un casoplón en la costa francesa… Todo eso se nota en las canciones, en las grabación y en la forma de tocar. No se toca igual en un sitio que en otro.
* M.F. ¿Algo nuevo que hayas escuchado que te haya llamado la atención?
– E.V. Te he hablado tanto de anglosajones, los cuales tengo totalmente en vena. Pero, también me gustan, lógicamente, ver lo que hacemos la gente de mi generación, la gente que está día a día picando piedra. Este año he escuchado mucho el disco de Gato Perro. El anterior y este. Me parecen una pasada. El anterior es Cowboys y este Ríen los dioses. También me gusta mucho Nadia Álvarez. Es mi favorita. Ha saco Mundos sutiles. Quiero ser objetivo, porque es muy amiga mía también, pero me gusta muchísimo el concepto musical que tiene y la banda que lleva. Ade-más, me gusta mucho Fabián, a quien tengo mucho respeto y justo hoy acaba de sacar canción. Y por último, me parece que el gran grupo en castellano de la última década es Morgan. Me flipan. Son increíbles.
* M.F. Volviendo a ti, ¿cómo enfocas tu proyecto para el futuro?
– E.V. Con todas las ganas. El objetivo es disfrutar del camino. No me gustan los objetivos con metas. Quiero decir: si buscas una meta sin estar disfrutando del camino, me parece un error. Me gustaría que estás canciones, con todo lo difícil que es, llegarán al mayor número de personas po-sible. Me gustaría que cada día que toque venga más gente. Y sobre todo, que las canciones lle-guen. Es, al final, para lo que haces canciones. Emocionarlos. No tengo metas más allá de eso. Soy fiel defensor de que las metas tienen que llegar porque hay un trabajo detrás y hay un ca-mino. Y como he dicho antes: disfrutar el camino. Hay que tocar mucho. Hay que seguir editando canciones y discos con mucha más asinuidad. Eso es lo que quiero. Me gustaría que mi siguiente colección de canciones no tardase demasiado en venir. Seguir creciendo y aprendiendo de músi-cos compañeros. Eso me encanta y me parece fundamental. Además de tocar con más gente. Me gustaría hacer conciertos yo solo, conciertos con un pianista, conciertos con banda… Quiero que las metas que vengan sean fruto del trabajo que hay detrás.
* M.F. Para terminar, ¿con quién te gustaría, en España y fuera, tocar y hacer una canción?
– E.V. Esta es difícil. En cuanto a extranjero te diré un grupo joven que es mi favorito desde hace bastantes años. Los conocí gracias a Jackson Browne. Son los Dawes. El cantante Tarylor Goldsmith me parece uno de los mejores músicos a nivel competitivo y guitarrístico. Me encanta-ría conocerle y estar un día con él en una casa y decirle que hiciéramos una canción. Yo te voy a enseñar lo que tengo y tu me vas a enseñar lo que tienes. ¡Y la vamos a hacer en español (risas)! ¿Te imaginas? Me fliparía tanto con él como con la banda. Vamos más allá: componer la canción con Taylor Goldsmith y que la toque la banda. Acojonante. En cuanto a nacional, como me gusta tanto por donde navegan, me gustaría hacer una canción con Morgan. Trabajan estilos musicales que me emocionan de toda la vida y lo hacen muy bien. Sería increíble hacer una canción con Nina, pero con la banda tocando. Son los putos The Band. Una de mis bandas favoritas.
29 de Marzo en concierto en Jazzville (Madrid). + info aquí.
Contratación eduvazquezinfo@gmail.com