Entrevista a LUBACK por Paloma Lorenzo para El Mundo de Tulsa

“A la hora de componer es bonito extraer la esencia de lo que llevamos dentro, sin ninguna clase de maquillaje, sin suavizar nada”  
Hablamos con Cristian del Corral, voz de Luback, para que nos explique en qué consiste su nuevo trabajo, Relative Keys For Vital Subjets.

– Primera pregunta obligada, ¿por qué ese cambio de idioma? ¿No os sentíais cómodos cantando en castellano? ¿Queríais explorar nuevas vías?

Probablemente tiene más relación con explorar, pero lo cierto es que no fue premeditado, salió solo. Hemos bebido muchísimo de la música anglosajona y al final ella sola ha decidido volarnos la cabeza. ¡Y estamos encantados!

– Cambiáis de idioma y también un poco de estilo. Vuestro primer trabajo sonaba más folk, aunque en este álbum tenéis temas también que suenan así, y ahora tenéis un estilo más rockero. ¿Cómo se ha producido esa evolución? ¿Por qué?

La verdad es que no es fácil de explicar… Quizá sea que el propio cambio de idioma nos ha llevado a esas influencias anglosajonas que te decía, y ahí estamos hablando de Pearl Jam, de Tom Petty, The Black Crowes, Wallflowers… y esos son los estilos que acaban manifestándose, como apariciones incontroladas. Luego también ha sido muy importante la incorporación de Raquel M. Robledo (Maisha), que con esa voz tan negra y con tanta personalidad nos ha arrancado una vena soul que nos está haciendo disfrutar muchísimo.  

– Contadnos un poco cómo ha sido el proceso de grabación.

Fue muy bien, muy fluido. Grabamos en Ahalik Estudios, en Villalba (Madrid), apartados de todo en un sitio espectacular. Pero bueno, antes de llegar hasta allí se pasa por otras cosas…. Al trabajar las canciones en el local todos los músicos han aportado mucho y bueno a nivel de producción. Y después, a la hora de ponernos ya con el disco, el gran Momchil Borissov, que es quien ha estado a los mandos como ingeniero y productor, decidió respetar prácticamente todo lo que llevábamos preparado. Eso te da ya de inicio una conexión y un respeto mutuo que facilitan mucho las cosas. Encima aportó detalles que han dado un plus de calidad al resultado final, así que… perfecto. Por último hemos tenido la suerte de poder contar con Pedro Viñuela, de Nexo 101, para el “final mix” y la masterización, y el sonidazo que ha sacado ha sido brutal (y muy comentado por los que saben de esto). Todo esto duró unos cuantos meses, pero mereció la pena.

– De nuevo volvéis a apostar por la autoedición, ¿por qué? ¿os sentís más cómodos editando vosotros mismos?

En principio sí. Sabemos que la música atraviesa un momento muy complicado y es difícil que alguien apueste por un proyecto de este estilo concediendo libertad total, así que… De momento, este es nuestro camino. Si nos lleva lejos, quizá eso cambie algún día.

– La mezcla de voces en el álbum es algo que está impresionando bastante al público y a los críticos, desde luego para bien. ¿Creéis que funciona mejor que una sola voz? ¿Seguiréis por esa línea en futuros trabajos?

Creemos que en esto de la música todo lo que sea colorido es bueno, y en este caso además el contraste ha resultado muy enriquecedor tanto en sonido como en estilo, así que… Sí, tiene toda la pinta de que seguiremos por ahí. O más.

– Nos ha impactado mucho la portada. ¿Tiene alguna historia detrás, o hay muchas historias, como caras podemos ver en ella?

La portada es de Roberto Valentín Carrera, que es prácticamente uno más de la banda. Fotógrafo, pintor, diseñador gráfico y melómano empedernido. Él sabe muy bien que el concepto musical y en todos los sentidos de Luback es una banda, una como las de antes, sin que nadie en particular esté por encima del resto, y se le ocurrió hacernos fotos a todos, cortarlas en pedazos y hacer un montaje con eso. Luego combinó la composición con el logo de la banda (también diseño suyo) y acabó llegando a algo increíble. Nos sentimos muy identificados con todo lo que hace para Luback (carteles, fotos, camisetas, la web, diseño interior del disco, etc.), pero no es por casualidad. Se lo trabaja muchísimo, se implica al máximo… es un artista excepcional. Y, encima, nos tiene calaos.

– Al escuchar el disco me he llegado a imaginar conduciendo un Cadillac por la ruta 66. ¿Qué es lo que queréis que sienta el oyente cuando le da al play a este nuevo disco?


Creemos que la música debe producir sobre todo emoción, sea del tipo que sea. Y eso es algo que hay que cuidar mucho en todo el proceso de creación, tanto a la hora de escribir letras como con los infinitos matices musicales. Queremos que cada pulsación de cada tema mueva algo dentro del que lo escucha. No sabemos si lo conseguimos, claro, pero el objetico es algo así.

– Vuestras letras son muy íntimas, incluso llegáis a tener una conversación con el mismísimo Azrael, ¿qué os llevó hasta ahí?


Esa canción habla de un sufrimiento extremo en el que alguien quiere dejar de vivir y se sienta a esperar al Ángel de la Muerte. Parece que hoy en día tenemos prohibido sufrir, y quizá las canciones y alguna otra cosa sean de los pocos escenarios en los que a alguien se le permite expresar la raíz misma de un sentimiento. Por supuesto que ninguno de nosotros ha pensado eso de esa manera, nadie quiere morir, pero a la hora de componer es bonito extraer la esencia de lo que llevamos dentro, sin ninguna clase de maquillaje, sin suavizar nada. Si es dolor, puede ser dolor puro y desgarrador. Y todos tenemos derecho a sentirlo. Las redes sociales son un baile de disfraces, se muestra una cara feliz o te enfadas por desgracias de otros, pero es como si alguien se hubiese comido casi todo el abanico de emociones del ser humano. Y cada vez se está trasladando más a la vida real. Así que bueno, esto es lo contrario. Una canción, en muchas ocasiones, es la explotación de un estado de ánimo que, al llevarlo al extremo, nos muestra una porción de realidad que quizá estamos olvidando.
– Tras la actuación del día 18, ¿dónde más podremos veros?

De momento tenemos programado otro concierto en la sala Siroco de Madrid el viernes 20 de enero de 2017, y más delante en El Sol y tal vez Galileo… pero en el medio vamos a movernos fuera de Madrid, aunque no tenemos nada cerrado. Estamos en ello.

– Por último, vuestro trabajo se llama Relative Keys for Vital Subjets, ¿cuáles son vuestras claves o vuestros puntos imprescindibles en vuestra vida diaria o en vuestra música?

Buuff… ¡Esa es buena! A ver… En este momento, en este disco, el punto de mira está enfocando a los males del mundo de una forma muy genérica. Hay un mensaje de fondo sobre el hecho de que todo está en nuestra mano, que podemos cambiar las cosas si queremos. Como ya han dicho muchos, la música debe ser uno de los principales instrumentos de transformación social, de esperanza, y nos sumamos a eso. Luego también hay bastante introspección, problemas de uno mismo, como la dificultad para tomar decisiones en determinadas circunstancias, la decepción, cómo nos vemos a través de nuestros propios errores… Enfocar bien esas cosas es importante (y muy difícil), pero ahí dejamos alguna opinión… Y luego bueno, cómo no, el amor. El amor lo es todo y es lo que debería movernos cada día.

Contratación Luback
luback.band@gmail.com