Ya podemos disfrutar del nuevo disco de Napoleón Solo «Máximo Ruiz Ferrer»
Ángel Carmona – Hoy Empieza Todo (RNE3) habla del nuevo disco de Napoleón Solo.
Una fecha y cuatro acordes. Esto es lo único que teníaNapoleón Solo cuando entró a grabar su disco. La fecha se asociaba a la cuenta atrás. Ese terremoto de minúsculos granos desperdigándose precipitados en un reloj de arena que indican la obligación de presentar un resultado. Los cuatro acordes eran los restos del naufragio. Lo único que habían rescatado de lo compuesto en unas maquetas que ingresaron cadáver en Tablones, un paraíso en vida en la Alpujarra granadina donde la banda rogaba inspiración para registrar nuevas canciones. “La recuperación del viejo repertorio de Máximo Ruiz Ferrer era el único plan sensato. Hacer audible la música que Máximo Ruiz Ferrer guardaba en su turbulento interior”. Había que empezar de nuevo. Otra vez. Volver a la idea original. A Máximo Ruiz Ferrer.
De esa sencillez nace un universo centelleante. Música que despide destellos vivos. Uno de esos álbumes que resuenan en tu cabeza con un eco especial. Como si te hubieras enfundado una escafandra. Con coros que dejan polvo de estrellas. Creaciones difíciles de atrapar, porque no han nacido en una estructura previsible y fatua. Si pegas el oído, como los indios hacían en las vías de raíl, podrás escuchar xilófonos, cuerdas, grandes tambores. Todos ellos al servicio de la canción, como esos teclados inspirados en bandas sonoras italianas de “Llegó el verano”, sonidos que desarman, que producen un hormigueo emocional para volver al recuerdo adolescente en que pensamos que el mundo gravitaba eternamente entre julio y septiembre.
Todos los instrumentos responden dóciles después del tour de force de Napoleón Solo con/contra Máximo Ruiz Ferrer. Cuando le des al play, que sepas que caminas sobre territorio virgen, nada está establecido con anterioridad. La idea es que las canciones caminen a partir de su pequeña idea. Su pequeño big bang. Se acabó la letanía estructural del riff-verso-verso-estribillo blablablabla: “Empezamos a desarrollar a partir de la idea más pequeña posible. Me sorprende hasta dónde se puede llegar con la sencillez. Empezamos con una base, una secuencia, y a partir de ahí se iba cerrando todo”. Y las canciones fueron saliendo. La naturaleza puso de su parte y en el estudio de La Alpujarra, “donde son más importantes los tomates que los previos de sonido” vio la luz Máximo Ruiz Ferrer.
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