Reseña por Andrea Caso para EMDT

Una noche en Shinjuku, el nuevo disco de Joan Villalonga, viene cargado de ilusión y esfuerzo, acompañado de un gran equipo que ha hecho posible su publicación: Alberto Lucendo (productor), Diego Barberà (bajo y propietario del sello Ànima), Hèctor Tirado (guitarra), Jesús Gimeno (batería), Fèlix Gimeno (voz), Junior Mackenzie (voz), Juanmi Marín (voz), Gavin Brenes (guitarra), Juanjo Carratalá (saxo), Paco Durán (bajo), María Felip (flauta), Lluís Martínez (percusión), Carlos Mercado (percusión), Xavi Muñoz (arreglos), Iván Pitarch (saxo) y Carlos Villa (violonchelo), todos ellos se dejan la piel en este magnífico álbum que no dejará indiferente a nadie que lo escuche.

El disco comienza con Irreal, un tema que va jugando con la armonía y nos dirige al más puro estilo folk con músicas de varias procedencias, un tema en el que Joan habla del ser humano, de la gente que pasa de todo, de la gente que pasa por la vida como si nada, y, además de esto, nos deja una libre interpretación del sentido de sus letras. «Todo está tan bien, no hay nada que hacer, olvidar y callar, esconder la verdad, y dejar de mirar y dejar de pensar (…). Miedo a poder fallar, esconderse siempre al qué dirán». En Lluvia, al igual que en Irreal, nos sorprende la armonía, un tema 4×4 con una batería etérea y unos acordes poco habituales que nos enganchan, una progresión muy acertada y emotiva. Una noche en Shinjuku nace después del viaje que realizó Joan a Japón, y nos habla del barrio, de sus gentes, del día y de la noche, pero con una letra un tanto etérea para dejar siempre la última interpretación al oyente, algo que nos encanta. “Todo pasará, la supuesta condición que hay que respetar, intentando alejar cuerpo y mente una vez más, y pintando un sueño en su lugar”. En Sonrisas forzadas notamos la misma conexión musical y literaria entre la letra y la armonía, una simbiosis perfecta con la que nos adentramos en el pop más original con un acompañamiento de palmas y coros en la parte del estribillo. Algo extraño nos presenta a Félix Gimeno (voz), que colabora en esta canción, en un tema seductor que nos sorprende con un saxo muy bien ejecutado. Estaremos bien nos adentra en el mundo más íntimo y sensible de Joan, una parte del ser humano que siempre se tiene que mostrar, esta vez lo hace en un formato más acústico. “Tuvimos que aprender, las flores ya no están, secaron el jardín, tuvimos que escapar.” En Bajo control, la voz de Juan Fortea (Junior Mackenzie, voz) nos comparte una bocanada de aire fresco, donde se buscan distintas sonoridades que nos conducen hacia el cierre del álbum. “La misma sensación, no intentar cambiar lo que ya pasó, congelación total, esperar el fin antes de llegar. No quieres más, no quieres ver que hay detrás.” Para cerrar este fantástico disco escuchamos el tema Mírate, con ese solo de guitarra que se alza en un grandioso final, y donde Juanmi Marín (voz) nos deja un mensaje muy existencial. “Rompe ese cristal, inúndate de realidad, escucha esa canción, volver.”

Contratación
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