Crónica concierto Nat Simons en el Contraclub
Después de varios conciertos en la capital durante el año pasado,
la cantautora folk madrileña Nat Simons nos despidió con lo que parece ser su última fecha en Madrid hasta finales de año, lo hacia dentro del II Ciclo de conciertos de PikaStudios, además de traernos casi en primicia su
nuevo EP “Trouble Man” presentado el pasado 23 de Abril.
Y la fecha tenía dos cosas en particular: la primera es ver a Nat Simons en un ambiente intimísimo y cercano. La segunda, verla en un formato acústico que ella misma afirmó que tenía muchísimo encanto y yo lo confirmo. Pero eso sí, sin olvidarse de su banda –que era acústico, y no unplugged – que sin duda nos hicieron movernos durante toda la velada.

Mentiría si dijera que no tenía ganas de verla en directo ya que su disco y su EP me han encantado, pero tengo que reconocer que el hecho de que me pillara muy cerquita de casa me alegró soberanamente. Por supuesto su concierto me pareció, objetivamente, estupendo, y se me ocurren pocas personas a las que no les habría gustado. De paso, sirve para hablar de una artista folk que pocos conocen por aquí (aunque cada vez somos más, afortunadamente), con la esperanza de que alguien se anime a escucharla o a ir verla.
Una noche con un casi Sold out en el Contraclub auguraba un buen presagio, muchos amigos se acercaron a verla, cosa que hoy en día se agradece como agua de mayo. Luces a media altura, los instrumentos preparados y esperando a sus dueños y todo muy muy íntimo en la noche del sábado en el Contraclub.
¡La velada empezó con mucho calor por suerte dentro de la sala el aire acondicionado funcionaba a toda marcha todos esperábamos impacientes la hora de comenzar, los músicos iban y venían haciendo los últimos ajustes a sus instrumentos, una cervecita para la espera, para refrescarnos, musiquita para amenizarnos por parte de la sala y poco antes de las once de la noche, comenzaba el concierto propiamente dicho. Cuando alguien se sube con su guitarra a cantar y la tienes apenas a un metro de ti (del público) una no puede ser del todo objetiva.

Comenzó paradójicamente con el último tema de su disco “
Real Boy”, arrancándose valientemente con guitarra, armónica y nada más que el acompañamiento de su voz. Que rápidamente hizo el silencio en la sala, haciéndonos que se nos erizaran los pelos de la nuca. Continuó con “
Strange music avenue” con la inestimable carisma de David Gwynn llenando con sus arreglos todos los huecos que pudieran quedar. Vamos entrando en calor y me pareció ver a algunos que comenzaban a mover los pies. En este momento comenzó a sonar mi canción favorita del disco “
Indian Trees”, en el mismo formato que las dos anteriores, acústico sin nada más (y sin nada menos).
Llegó la desgarradora versión de Chris Isaak “Wicked Game” incluida en su EP. Creando un ambiente especial. Seguida de “You know it makes me wonder”. Un arranque poderoso, poniendo toda la carne en el asador, despachando así los primeros compases de la noche.
Tras este breve impass de unos 20 minutos, llega uno de los temas más tarareados de la noche “Another Coffee and cigarettes day” y tras una merecida ovación el esto de la banda se precipitó al escenario para interpretar las primeras notas con armónica de “Ain’t no blues”, y ahora si con bajo y batería podemos decir abiertamente que comenzamos a mover el esqueleto.
Pese al barullo del lugar consiguió hacer que todos nos calláramos y escucháramos atentamente “
When the music doesn’t sound” y “
Lullaby”, dos temas más tranquilos.
Después de desgranarnos un setlist de lo más afortunado dejaron caer casi sin darnos cuenta: “Trouble Man“ y “Wild way” dejando paso a una magnifica versión de “Bad moon rising” de John Fogerty.
Nat nos anunciaba la proximidad del final, mientras todos clamábamos por más. ¡Dicho y hecho! “You treat me cruel” y tras tocar los últimos acordes de “Home on high” se despide de nosotros no sin antes agradecernos nuestra presencia. La música para y comienza a oírse aplausos al son de “otra! Otra! “..
Nat vuelve a salir al escenario y nos dice adiós con una magnifiquisisisisima versión de “Just like a woman” de Bob Dylan. ¡Hasta la próxima!
Ni que decir tiene que el entusiasmo del público se palpaba en los casi religiosos silencios que se generaban durante las canciones y las prolongadísimas ovaciones que seguían a todas y cada una de estas. Realmente presenciamos un concierto bello, único y muy personal, pudiendo disfrutar de una voz y una banda magnifica: un chorro de voz versátil, lleno de matices, y una banda excelente que conformó cerrar una noche realmente especial.
Así que sin alargarnos más, esperamos volver a verla por aquí pronto y le auguramos maravillosos éxitos pasen por donde pasen.
Crónica del concierto por Dhiva von D. para El Mundo de Tulsa