RESEÑA DISCO MCENROE & THE NEW RAEMON “LLUVIA Y TRUENOS”
Doce canciones de amor y una desesperada
Se titula Lluvia y Truenos y está compuesto por seis canciones de Ramón y seis canciones de Ricardo, doce temas pensados para masticar, salivar y tragar, pues si hay algo que tienen en común todas ellas es su capacidad para dejarte satisfecho. Grabado en los estudios La Mina (Sevilla) durante la primavera del 2016 con Raúl Perez en la producción y editado por Subterfuge y Bcore en CD/LP/Cassette y Digital.
Este LP en conjunto llega tras los últimos trabajos publicados por ambas partes en solitario el año pasado “Oh Rompehielos” (Bcore,15) por parte de The New Raemon y “Rugen las Flores” (Subterfuge,15) de McEnroe.
Lluvia y Truenos arranca relajado con su homónimo. Cocinada a fuego lento la interpreta The New Ramon que levanta la mano para ser el primero en salir de su zona de confort dejando a un lado las vomitonas de indignación social y política a las que nos tiene acostumbrados. El Nuevo Raemon nos escupe a la cara un tema que si le miras directamente a los ojos hipnotiza. Gira el disco y nos topamos con McEnroe y “La Carta”. Un tema ligero, volátil y diáfano, fiel a su propio estilo, del que me he tomado la libertad de interpretar como la necesidad de dejar abandonados en el suelo algunos trocitos cuando se nos rompe la vida.
Y así, con este aval en su haber dan juntos un golpe en la mesa declarándonos sus intenciones con canciones como “Montañas”, tema que ya pudimos escuchar en un avance de su disco y que cuenta con un estribillo de lo más certero ;“basta un cretino para ponerte los pelos de punta” , o “Fantasía Heroica” una filia de tres minutos veintinueve segundos, la profundidad de “Barco”, la intrínseca “Espantapajaros” o “Por fin los ciervos “ destapando sentimientos, reflexiones y paisajes sinceros.
Un disco con personalidad en el que lo animales y las cosas también están presentes para aportar luz a doce temas rotundos y emocionantes, doce campanadas tintineantes de pop retroalimentadas la una con la otra y que solo consigues interiorizarlas si las haces tuyas.
Ramón y Ricardo, Ricardo y Ramón bicéfalos de un disco amatorio son culpables de desdeñar con alevosía y nocturnidad la imperturbable realidad de que el tiempo pasa pero las canciones se quedan.