Reseña por Manu López para EMDT

Desde una de las ciudades más bonitas de este país, Donosti, Su Itzaletan, disco debut de Ondra, se erige como el primer trabajo de este grupo cargado de sonidos, canciones y sentimientos.

Este es un LP formado por nueve temas escritos e interpretados 100% en euskera. Un idioma siempre agradable al oído y con una gran historia en la música de nuestro país.

Para abrir el disco escuchamos Orroa, una canción que sintetiza a la perfección los matices y el sonido que la banda quiere proyectar. Una mezcla de altura entre suavidad y garra. Probablemente una de las canciones más redondas del disco.

Continúa con Zeruak Sutan, un track puramente rock, donde las guitarras ganan peso y arremeten con insistencia y precisión. El texto se encuentra frontal frente a nosotros. Claro y ambicioso, con mucho que decir.

En cambio en Gaureako Aterpea volvemos al sonido que oscila entre la calma y la tempestad de las guitarras, unido a una voz característicamente desgarrada. Canciones de vértigo que no dejan nada atrás.

De esta forma, cuando creemos que Gaizkin es una balada trazada con suavidad y pisando el freno del disco, entendemos que no entienden de canciones sin una atmósfera eléctrica latente, aún bajando revoluciones.

Una vez sobrepasado el ecuador del disco, Lilura aparece con un componente instrumental sobresaliente, no siendo hasta el final del tema cuando la voz emerge imponiéndose sobre la base sónica que construye la banda en cada canción. Hay que reseñar que la calidad en el apartado interpretativo, lo cual constata que esta es una banda totalmente cohesionada y preparada para cualquier reto. Según avance el LP demuestran que pueden un poco más.

En el caso de Ihintza resulta intrigante su comienzo con el repicar de las campanas de una iglesia. Concuerda con el tono sombrío que pueden llegar a tener las canciones de este disco, aunque siempre dejan un poso de ganas como podemos comprobar también en este sexto track.

A estas alturas del álbum entendemos que el tono de Ondra dispara entre el drama y la liberación a través del rock. Lehoia es una nueva muestra de ello. Canción que juega con el eco en el estribillo de forma que poco a poco se va enroscando en nuestra cabeza. Del mismo modo, los cambios de ritmo también emergen en esta canción. Este es un claro sello en la identidad del disco.

Encarando la recta final Kateak se erige como un tema puramente rock desde los primeros acordes. Instrumental en su máximo esplendor y la voz bien delante y latente. Nítida y clara junto al muro de eléctrico que se acaba formando.

Por último, para dejar caer el telón, la canción que da nombre a este disco debut, Su Itzaletan. Al mismo tiempo, la más larga de este trabajo. Esta con un comienzo lento y reposado, va buscando poco a poco su camino durante los cinco minutos que dura el track. De esta forma, va recrudeciendo y limpiando la herida que parece limpiar este disco.

Llegados a este punto, no tenemos dudas que Ondra es una banda que requiere de directo como el comer. Este tipo de álbumes deben poder defenderse sobre un escenario. Probablemente ganaran conforme al estudio. Seguro que esos tiempos pronto llegarán. Mientras podremos disfrutar de los trabajos en nuestros altavoces y auriculares.

Contratación
ondrataldea20@gmail.com

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