Zero Mile nos presentan su segundo largo “Waves”; se trata de un trabajo sencillo y sólido, que me deja una sensación muy agradable. En La Atlántida Estudio (Barcelona) le han sacado un buen sonido a la banda, una notable mejoría desde su anterior trabajo “Unlock the door”. Zero Mile dejan bien claro que quieren crear su propio lenguaje, a pesar de que sean obvios los matices de la sonoridad de los 90. Aun así la banda no cae en la trampa de la referencia “per se”, que desgraciadamente se está convirtiendo en un lenguaje aceptado (y aburrido). Esta cualidad de la banda es tan encomiable que cualquier crítica negativa que querais rascar de “Waves” se convierte en pura maldad por vuestra parte. En cortes como “watch out” y “the truth” despliegan unos arreglos frescos y sofisticados que potencian su sonido y se mezclan perfectamente con la imposición y el flujo de la voz, seguramente lo más destacable del disco y una constante que inunda toda la obra de la banda. Zero Mile consiguen sonar como algo familiar y cercano. Más rabiosa (y sólida) suena “A strange day”, el corte más rockero de “Waves” dentro de un disco con varios registros y sonoridades. Las canciones son abundantes, en duración y arreglos. Zero Mile siempre tienen preparado un desarrollo interesante, un detalle, una melodia, un cambio que nos lleva a la siguiente parte de la canción con alegría y soltura, sin caer en vulgaridades. En general el disco se aguanta muy bien, con un orden de canciones muy efectivo.
Lo negativo (en mi humilde opinión y sin maldad) es que la base rítmica se queda a veces un poco corta para arropar a una guitarra con salidas bien definidas y siempre entusiasta. Yo me quedo con las ganas de verlos en directo, espero que muy pronto, y poder palpar su sonido.
Reseña por Tomás Navarro para El Mundo de tulsa