Crónica EBROVISIÓN 2016, #unfestivalqueenamora
por Laura Pérez Carasa para El Mundo de Tulsa

Llegamos al recinto justo para empezar con buen pie la jornada festivalera, Fuel Fandango salía al escenario. Es uno de esos directos que atrapa y una vez más movilizaron a todo el público (y eso que no era una hora muy atractiva) con su sello flamenco electrónico.
Para coger aire después de los botes que nos hicieron dar Nita y compañía, salió Quique González en compañía de los detectives. Elegancia y brillo que encandiló a todos con sus ya míticos “Kamikaze” o “Vidas cruzadas”.
No podían faltar en Miranda, Belako, que se están recorriendo media lista (o casi entera) de festivales este verano.
Después Chk Chk Chk (!!!), que llegaron como un terremoto. Nos hicieron bailar con temazos como su conocido “One Girl, One Boy”. Desde luego, uno de los conciertos para recordar de esta jornada ebrovisiva.
Y como traca final en el escenario principal, un bombazo de energía con los guipuzcoanos Grises.
Entre medias, una carpa estereoclub hasta los topes de los más bailones del festival con Dj’s como Teleclub Dj’s o Estereobrothers.
Última jornada del festival, pero… ¡VAYA DÍA!
Empezamos en la sala La Fábrica de Tornillos con Juventud Juché y Novedades Carminha que hicieron bailar (y también sudar, y mucho) a los que estábamos allí.
Siguió la cosa en el casco antiguo donde, mientras degustabas algunos pinchos de la Feria de Gastronomía y bebías una Salve, podías entretenerte viendo a Franco, L Kan y Hidrogenesse (curiosos conciertos cuanto menos).
Ya a la noche, en el recinto de Bayas, calentamos motores poquito a poco con un Angel Stanich y banda espectaculares.
Pero llegaron ellos, el huracán La M.O.D.A. (o por lo menos a mí me lo parecen). Con un directo impecable y unas ganas de hacer disfrutar que, indiscutiblemente, engancha.
Les siguieron los franceses Tahití 80, una de las únicas dos bandas internacionales con las que contaba el festival. Menos enérgicos que las bandas anteriores pero con un directo correcto. La gente aprovechó también este momento para cenar y echar unos bailes en la carpa estereoclub (que estaba hasta arriba entre concierto y concierto).
Y llegó Izal… Y no se puede decir mucho más de lo que festival tras festival y concierto tras concierto nos dejan claro, ¡arrasan por donde pasan! Todo el recinto coreó sus temas más conocidos como “La mujer de verde” así como los temas de su último trabajo “Copacabana”.
Para acabar, WAS. Que ya parecen ser casi abonados al cierre de los festivales (sobre todo del de Miranda, que ya son varias las veces que lo han hecho). Y es que no dejan quieto a nadie.
Los que todavía tenían ganas de más marcha disfrutaron del fin de fiesta en la Sala Orosco (en el centro de la ciudad) con Ochoymedio Dj’s y Estereobrothers amenizando.
Y es que, EBROVISIÓN es uno de esos festivales que te hacen sentir como en casa (aunque dormir en esterilla y saco no sea lo más cómodo) y que hacen que la llegada de septiembre y la depresión postvacacional sea un poco menos dura. ¡Hasta el año que viene Miranda!